Recientemente, la Agencia de noticias Rodolfo Walsh me envió un mail en donde publican la denuncia realizada por la Red de Derechos Humanos en Corrientes, acerca de las malas condiciones de la Unidad Penal Nº1. Esta cárcel funciona desde 1950, y hace poco se inauguró un nuevo pabellón, lo cual fue anunciado con bombos y platillos por parte del gobierno de la Provincia . Sin embargo, según expresa el texto enviado por la Agencia, “ en este penal el excremento fluye por los pisos, literalmente, el olor nauseabundo enferma, el garrote mata y los agentes del servicio penitenciario hacen su agosto con total impunidad”. “En mi ciudad las cárceles son iguales”, seguramente me dirán. Y lamentablemente es cierto: las prisiones argentinas son lugares que no tienen nada que ver con un establecimiento que tenga como función la “reinserción” de las personas en la sociedad. A Camau le preocupa más que no haya aliens . En realidad, la denuncia de la Red viene de hace mucho, solo que la Ag