Mi virginidad por jugar el domingo - Mundial 2014 final del mundo
“¡Pará, loco! Tranqui que no es la final del mundo”. Seguramente le habrán dicho eso en algún picado a algún compañero o rival, cuando empezaba a meter la pierna de más. O si no la clásica de los DT: “tenés que jugar como si fuese la final del mundo”, para motivarte. Es que en el ambiente del balompié no hay evento ni partido más importante que ese, sea porque se juega cada cuatro años, porque enfrenta a dos países, y por qué no, por lo que recauda la FIFA también. Lamentablemente por una cuestión de edad no tengo recuerdos de Italia 90. Era un bebé que no pudo disfrutar de los penales de Goyco, de los huevos de Diego para ganarle a Brasil en una pierna, ni la bronca por la final perdida. Ni hablar del 86 en donde ni existía, y me conformé con escuchar a mi papá hablarme de la consagración del rey del fútbol, pintándole la cara a los ingleses y superando al imperio alemán en la final.