Top 10 Iron Maiden
Bienvenidos nuevamente a la sección de los Top Ten, que promete quedarse siempre y cuando continúe bien con mi rehabilitación, y no empiece a divagar de nuevo. Ya hemos pasado por el comienzo del metal con Black Sabbath, y luego con uno de sus máximos exponentes como lo es Metallica. Entre esos dos monstruos surgió un movimiento conocido como la Nueva Ola del Heavy Metal Británico (NWOBHM –en inglés: New Wave Of British Heavy Metal-), a fines de los 70, que tomó cosas del punk y del estilo de Sabbath, para luego influenciar a bandas posteriores.
Entre los conjuntos que emergieron de esa ola británica hay varios y muy buenos, pero sin dudas el más exitoso es el que tendrá lugar en este top ten: Iron Maiden. Fue fundado en 1975 por el bajista Steve Harris, y cuenta actualmente con Dave Murray, Adrian Smith y Janick Gers en guitarras, más la voz de Bruce Dickinson y la batería de Nicko MacBrian. Si bien tuvo varios cambios en su formación, la banda siempre mantuvo su esencia NWOBHM a partir de la crudeza del punk, y la forma de tocar más limpia de parte del hard rock, logrando un metal rápido, melódico y a su vez duro.
La “Doncella de Hierro” posee líricas muy variadas que van desde cuestiones callejeras, historia mundial, antiguo Egipto y asuntos ligados al ocultismo y satanismo. Esto le valió la crítica de parte de sectores conservadores en Estados Unidos, que incluso llegaron a quemar sus discos. Aún así, lo relacionado al Diablo y esas cosas resulta más un juego de marketing, junto a su mascota llamada “Eddie”, un monstruo que toma varias formas e ilustra sus álbumes y conciertos.
Hasta ahora, ésta clasificación fue la que más me costó, porque tienen muchas canciones excelentes y variadas. Les propongo escuchar sus 10 mejores temas, y adentrarse en el mundo de la Bestia:
nota del editor: Miedo del pato -sólo para los que saben inglés-.
Es el álbum debut de Dickinson, y con él la Doncella da su salto de calidad definitivo gracias a su poderosa y dinámica voz, más su capacidad de ser todo un frontman en el escenario. Según dicen, The Number… conlleva toda una serie de misterios en su grabación, como ser luces que se encienden y apagan solas, grabaciones desaparecidas y otros misterios que contribuyeron a su mala fama en los sectores conservadores, y a la veneración por parte de sus fans. Run to the
Hills es una crítica de la colonización europea en América, con un riff que simula caballos galopando, acompañado de una excelente melodía.
No lo es para mí, pero muchos consideran al Powerslave como el mejor de la historia de la banda. Lo que no tiene discusión es su calidad compositiva gracias a las letras que relatan historias épicas de guerras, con melodías orientales y una portada que es un lujo. Esta canción antimilitar y antinuclear está basada en el “reloj del apocalípsis”, simbolismo con el que los científicos aguardaban la explosión de una bomba nuclear que lo destruyese todo. En 1953 el reloj estuvo a dos minutos de llegar a las 00:00, gracias a Estados Unidos y la Unión Soviética.
Gran tema, digno de un gran disco. Basada en una serie inglesa de los 60, arranca con un diálogo por parte del actor original, al cual le tuvieron que pedir permiso para incluir esa parte. Rápida e intensa con sus riffs, poderosa en sus acordes y pegadiza con su estribillo, proclama la libertad de los hombres, bien a lo Maiden.
Con Dickinson ya formando parte de la composición, este trabajo intentaba algo imposible: superar o igualar lo que fue The Number… Con su formación clásica ya ensamblada y en su mejor momento, Murray y Smith logran ritmos armónicos gracias a riffs variados y compensados con grandiosos solos. Si es mejor o peor que su antecesor es una cuestión personal, lo cierto es que dejó una joyita como The trooper, que habla sobre la batalla de Balaclava en 1854, con un estilo símil al de Run to the hills, pero mejorado. http://youtu.be/dZPy7ducP2c
En 1993 Bruce dejó la banda, y con él se fue una pieza importante de composición y calidad, que se notó en los siguientes discos. Por suerte volvió en el 2000, con el Brave New World bajo el brazo, en donde Maiden intentó volver a sus raíces. No es un trabajo muy destacado, pero particularmente Dream of mirrors me parece de lo mejor que dio esta banda. La canción va
agarrando ritmo y tomando intensidad, hasta que llega a un clímax de guitarras furiosas y una melodía superlativa. http://youtu.be/x6GbCx3wnWc
Uno de mis álbumes preferidos, porque tiene ese toque ochentoso de los discos metaleros de la época, gracias al sonido de las guitarras sintetizadas, y algún que otro teclado (en otras bandas). Con una atmósfera futurista, Caught somewhere… es dueño de un riff atrapante que irremediablemente te hará mover la cabeza, un estribillo repetitivo que va llevando a una explosión orgásmica con solos que son una bestialidad. http://youtu.be/qn9vb5BCRKY
Si en Children of the damned Dickinson demostró por qué era el indicado para Maiden, con Hallowed… produjo una sensación distinta: no busquen más explicaciones, la banda fue creada para él (el grito que pega al final es monstruoso). La canción es la despedida de un condenado a muerte, como solo la Doncella sabe hacerlo. Duelos de guitarra complementados a la perfección con la bata, y el bajo que no desentona en lo absoluto.
Entre los conjuntos que emergieron de esa ola británica hay varios y muy buenos, pero sin dudas el más exitoso es el que tendrá lugar en este top ten: Iron Maiden. Fue fundado en 1975 por el bajista Steve Harris, y cuenta actualmente con Dave Murray, Adrian Smith y Janick Gers en guitarras, más la voz de Bruce Dickinson y la batería de Nicko MacBrian. Si bien tuvo varios cambios en su formación, la banda siempre mantuvo su esencia NWOBHM a partir de la crudeza del punk, y la forma de tocar más limpia de parte del hard rock, logrando un metal rápido, melódico y a su vez duro.
La “Doncella de Hierro” posee líricas muy variadas que van desde cuestiones callejeras, historia mundial, antiguo Egipto y asuntos ligados al ocultismo y satanismo. Esto le valió la crítica de parte de sectores conservadores en Estados Unidos, que incluso llegaron a quemar sus discos. Aún así, lo relacionado al Diablo y esas cosas resulta más un juego de marketing, junto a su mascota llamada “Eddie”, un monstruo que toma varias formas e ilustra sus álbumes y conciertos.
Hasta ahora, ésta clasificación fue la que más me costó, porque tienen muchas canciones excelentes y variadas. Les propongo escuchar sus 10 mejores temas, y adentrarse en el mundo de la Bestia:
10- Fear of the dark – Fear of the Dark (1992)
Gran disco de Maiden, reivindicándose de un anterior algo flojo, con un sonido más crudo y oscuro, sin perder lo melódico. Si bien aquí sus letras tiran más para cosas cotidianas, no tanto fantasías, su canción homónima narra una pesadilla con la atmosfera perfecta creada a partir de una intro lenta, que crece de a poco. Cuando se torna rápida, deja lugar a la magnífica voz de Bruce Dickinson, en un tema que es todo un clásico de la banda y del metal en general.
nota del editor: Miedo del pato -sólo para los que saben inglés-.
9- Run to the hills – The Number of the Beast (1982)
Es el álbum debut de Dickinson, y con él la Doncella da su salto de calidad definitivo gracias a su poderosa y dinámica voz, más su capacidad de ser todo un frontman en el escenario. Según dicen, The Number… conlleva toda una serie de misterios en su grabación, como ser luces que se encienden y apagan solas, grabaciones desaparecidas y otros misterios que contribuyeron a su mala fama en los sectores conservadores, y a la veneración por parte de sus fans. Run to the
Hills es una crítica de la colonización europea en América, con un riff que simula caballos galopando, acompañado de una excelente melodía.
8- 2 minutes to midnight – Powerslave (1984)
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7- The prisoner - The Number of the Beast (1982)
6- The trooper – Piece of Mind (1983)
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5- Dream of mirrors – Brave New World (2000)
agarrando ritmo y tomando intensidad, hasta que llega a un clímax de guitarras furiosas y una melodía superlativa. http://youtu.be/x6GbCx3wnWc
4- Caught somewhere in time – Somewhere in Time (1986)
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3- Children of the damned - The Number of the Beast (1982)
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Ese comienzo tranqui con la guitarra anticipa que se viene un temón. Y es un concepto que queda corto, porque a esa melodía serena se le viene un cambio de ritmo tremendo que te levanta de la silla inmediatamente. Desde esta canción en adelante en este top ten, es imposible escucharlas sentado. Las guitarras juegan un papel importante en el clímax, junto a la voz que destierra cualquier duda sobre la aptitud de Dickinson para ser el vocalista del conjunto.
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