Jerencio: Entre la democracia y los Campos Elíseos
Y bien señores, pasamos una elección presidencial más, y van… La verdad es que estoy sorprendido por cómo se mantiene este sistema de mierda a pesar de las desigualdades, la democracia hipócrita y otros motivos que me llevan a pensar en votar a Altamira o Gokú. Gramsci, tenías razón nomás con el concepto de hegemonía: nos ceden espacios de ficticia participación, para que pensemos ser parte decisiva a la hora de elegir nuestros gobernantes, y estos hijos de mil puta se mantienen ahí arriba. Donde sea que estés, ayudame a construir una barricada, la necesito para cuando llegue la hora. Es así que si esperan encontrar un análisis pormenorizado y extensivo de estas últimas elecciones, jódanse porque no los pienso aburrir con esa basura. Ya dije todo lo que tenía que decir al respecto.
Pero tampoco me puedo quedar callado, maldita sea. Soy un militante de las ideas de Althusser y Gramsci, hijo del Excelentísimo Señor Hades. Mi deber es criticar toda esta mierda a más no poder, para luego consumada la revolución e instalado y consolidado el Proyecto Venus, descansar para toda la eternidad en los Campos Elíseos. Evidentemente, y abstrayéndome un poco (no saben lo que me cuesta) de mis ideas, la sociedad reconoció en Cristina una administración que se preocupó por lo social, sin dejar de lado las empresas. Es el principal dilema que tienen los gobiernos: sin el pueblo pierden legitimidad, y sin las empresas pierden plata. Claus Offe propone la resolución de esta disyuntiva a partir del concepto de racionalidad de Webber, cosa que parecería una tomada de pelo. Es obvio, dirán ustedes, que hay que buscar un equilibrio. Sin embargo tenemos gobernantes que no lo entendieron, como Menem y De la Rúa. Incluso podemos ver esto en Estados Unidos y Europa, donde tienen una crisis más grande que el plantel de San Lorenzo.
Ahora bien, no te vayas a confiar y querer pasarte de viva con la cantidad de votos que tuviste, Cristina. He notado una especie de evolución en el electorado: la gente ya no es tan estúpida y te puede parar el carro. En esta segunda etapa, lo que tenés que hacer es parar con un poco con los planes y empezar a dar trabajo en serio, de lo contrario lo que antes te había elogiado como una oportunidad para la gente, se puede llegar a convertir en el famoso clientelismo.
Y como todo tiene que ver con todo porque este gobierno ayudó mucho, quiero destacar el fallo de la Justicia en la causa de la ESMA. Un poco tarde, como siempre, pero la cadena perpetua para el hijo de re mil puta de Astiz y los otros represores es algo que necesitábamos ver. Lo necesitaba el país para tener alguna luz de esperanza en que se pueda terminar con toda la mierda de una vez. Ahora que estos tipos van a sufrir en la octava prisión del inframundo solo faltan los otros. Y no me refiero simplemente a aquellos que cometieron crímenes de lesa humanidad en la última dictadura: en esa bolsa también incluyo a los corruptos que nos gobernaron a nivel nacional y provincial. Como dijo el Ché: “el capitalismo es el genocida más respetado del mundo”. Entonces piensen lo siguiente: ¿cuánta gente habrá muerto por culpa, por ejemplo, de las políticas neoliberales y las recetas del FMI aplicadas en los ‘90? No voy a dar nombres, todos sabemos a quiénes me refiero, así que espero que sigamos aprendiendo como sociedad. Yo no me voy a rendir. Jamás.
Gracias.
"Nosotros, la izquierda”
Pero tampoco me puedo quedar callado, maldita sea. Soy un militante de las ideas de Althusser y Gramsci, hijo del Excelentísimo Señor Hades. Mi deber es criticar toda esta mierda a más no poder, para luego consumada la revolución e instalado y consolidado el Proyecto Venus, descansar para toda la eternidad en los Campos Elíseos. Evidentemente, y abstrayéndome un poco (no saben lo que me cuesta) de mis ideas, la sociedad reconoció en Cristina una administración que se preocupó por lo social, sin dejar de lado las empresas. Es el principal dilema que tienen los gobiernos: sin el pueblo pierden legitimidad, y sin las empresas pierden plata. Claus Offe propone la resolución de esta disyuntiva a partir del concepto de racionalidad de Webber, cosa que parecería una tomada de pelo. Es obvio, dirán ustedes, que hay que buscar un equilibrio. Sin embargo tenemos gobernantes que no lo entendieron, como Menem y De la Rúa. Incluso podemos ver esto en Estados Unidos y Europa, donde tienen una crisis más grande que el plantel de San Lorenzo.
Aunque no lo crean, es mi papá. Lo descubrí hace poco.
Y como todo tiene que ver con todo porque este gobierno ayudó mucho, quiero destacar el fallo de la Justicia en la causa de la ESMA. Un poco tarde, como siempre, pero la cadena perpetua para el hijo de re mil puta de Astiz y los otros represores es algo que necesitábamos ver. Lo necesitaba el país para tener alguna luz de esperanza en que se pueda terminar con toda la mierda de una vez. Ahora que estos tipos van a sufrir en la octava prisión del inframundo solo faltan los otros. Y no me refiero simplemente a aquellos que cometieron crímenes de lesa humanidad en la última dictadura: en esa bolsa también incluyo a los corruptos que nos gobernaron a nivel nacional y provincial. Como dijo el Ché: “el capitalismo es el genocida más respetado del mundo”. Entonces piensen lo siguiente: ¿cuánta gente habrá muerto por culpa, por ejemplo, de las políticas neoliberales y las recetas del FMI aplicadas en los ‘90? No voy a dar nombres, todos sabemos a quiénes me refiero, así que espero que sigamos aprendiendo como sociedad. Yo no me voy a rendir. Jamás.
Gracias.
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