Muriendo de amor

¿Por qué estamos vivos? No voy a responder con un “¿y por qué no?”, quiero tratar de entender a mi manera la razón por la cual no nos quitamos la vida. Y eso que hay excusas de sobra para no querer estar más en este mundo de mierda: desigualdad, opresión, competencia, pobreza, dominación, y otras cosas que te llevan a pensar que el verdadero infierno es el lugar en el que habitamos, y no ese sitio oscuro, lleno de fuego y demonios torturándote. Salís a la calle y desconfías del que pasa al lado tuyo, pensado que te quiere robar, violar o vender droga que no pega. Andás en auto y están todos alterados, tocando bocina; vas al boliche y la mayoría se quiere cagar a trompadas por boludeces. Tampoco quiero parecer Telefé Noticias con todo esto que enumeré, así que voy a tratar de desentrañar la cuestión, a partir de ideas locas (o no tanto) y estupefacientes. Está bien, si quieren a lo último les dejo el “videíto de Internet”. ¿Contentos?

Así veo a la ciudad cuando me levanto temprano para ir a trabajar.

Muchos filósofos, científicos, deportistas y gente de la farándula expusieron alguna vez la razón de la existencia. Lo bueno de esto es que por más títulos que tengas, no tenés más o menos autorización que otro para opinar de la muerte: nadie sabe cómo es. Entonces, ¿por qué Jerencio no podría hacerlo? El guerrillero argentino (no es terrorista cubano) Ernesto Guevara dijo alguna vez que “el verdadero revolucionario está guiado por grandes sentimientos de amor”. Parece una frase contradictoria, viniendo de un tipo que mató gente. Lo cierto es que verlo de esa manera es bastante simple y pelotudo, porque el Ché veía en la lucha armada una vía para la liberación del pueblo cubano, sometido muchos años por un gobierno tirano y manejado desde las sombras por Estados Unidos (quien luego lo traicionaría apoyando la revolución, para que se den una idea de cómo son esos tipos). Para entender un poco más esto, hay otro pensamiento suyo que dice que “sólo existe un sentimiento mayor que el amor a la libertad: el odio al que te la quita”. Amor y odio parecen ser las emociones que constantemente se ponen en juego en la vida para Guevara, como una dialéctica parecida a la vida y la muerte, día/noche, blanco/negro, River/Boca, Riquelme/Falcioni.

La dialéctica en pleno entrenamiento de Boca.

¿Por qué alguien odiaría a otro? A veces sentimos odio hacia otro, pero en realidad quizá no sea tal sentimiento. Por ahí estamos enojados o molestos con alguna actitud que nos pareció incorrecta. Sin embargo, creo que el odio es una emoción a la cual es muy difícil llegar, y que permite un cambio radical en nuestras vidas, funcionando como una especie de revolución interna. Es más, creo que para llegar a sentir algo así se necesita haber estado en una instancia opuesta anteriormente, es decir, para odiar a alguien antes tuviste que haberlo amado. O por ahí, para amar a alguien antes tuviste que haberlo odiado, como la humanidad a Jesús.
De esta manera, quiero llegar a la conclusión de que el amor es el motor de la vida. También está el odio, pero ese sentimiento negativo a su vez proviene de uno positivo, como dije antes, y además creo que esa dialéctica amor/odio siempre se resuelve en una instancia positiva. Si quieren asimismo puedo decir, como experiencia personal, que no podría vivir sin el amor de mi familia, mis amigos y EL Gran Señor Hades. En cambio, no me molestaría prescindir del odio. Como dijo el Ché: “Hay que endurecerse sin jamás perder la ternura”.
Gracias.


El vídeo prometido:


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