Jerencio: En nombre de Dios

 Como sabrán amigos (y si no lo saben se los cuento) soy hijo de un Dios. El Excelentísimo Señor Hades se conoció con mi madre, y mi existencia surge de esa unión. Pensarán ustedes que ser un “semi-dios” podría ser bueno, que contaría con beneficios y poderes: nunca estarán tan alejados de la realidad, ¡por todos los cielos! Gracias a una investigación realizada por el director de Maisonier, me di cuenta de que tengo a varios Dioses en contra mío, sobre todo a la mujer de Hades. Perséfone debe estar celosa de las andanzas de mi padre, y seguramente hará todo lo posible para que la pasemos para el orto los descendientes humanos del dueño del Inframundo. Cualquier similitud con Zeus y Hera es pura coincidencia, así que la teoría de que las mujeres y las diosas son iguales la plantearemos más adelante.

Es muy común ver a Zeus en lugares como Esperanto o Tú y Yo.

 Por consiguiente, la diarrea que me agarró todo un día y que me salía como canilla rota, debe ser obra de esta desdichada. De todas formas, quiero que sepan que no le temo a los dioses, y ustedes tampoco deben hacerlo, amigos. Miedo solo le tengo al fracaso, y eso que mi vida no está tan cerca de la gloria que digamos. Verán, los dioses pueden ser muy poderosos, crear mundos, reinar los cielos, mares y tinieblas; dirigir nuestro destino y mandar a River a la B. Sin embargo, nosotros somos mortales y tenemos la capacidad de morir, por lo que debemos cuidar ésto como un tesoro que nos pertenece única y exclusivamente a los humanos. Seguramente se preguntarán para qué carajo sirve eso, así que déjenme explicarles: un dios jamás podrá sentir el rigor de perder su existencia física día tras día, por lo que su vida resulta bastante aburrida. El hecho de que nosotros tengamos que habitar este infierno llamado Tierra, sobreviviendo un día más, nos da la posibilidad de disfrutar de una vida emocionante y llena de altibajos como una montaña rusa. Eso, señores, un Dios jamás podrá experimentar, y es lo que nos hace a nosotros mejores.

Así tenés que andar por la calle, con la frente en alto.

 Ya lo dijo Hegel con su dialéctica: ellos son la entidad abstracta, pero necesitan alienarse en  nosotros (la entidad objetiva) para auto conocerse y perfeccionarse, de manera por la cual se harán más fuertes. Estamos hechos a su imagen y semejanza, por lo que tranquilamente podríamos llegar a tener su poder. No se rindan ante las adversidades, piensen en todo esto y van a ver que no existirá dios alguno que pueda contrarrestar una revolución. Con este poder podría atravesar el río Paraná a buscar la libertad, y después salir todo mojado ante la mirada acusadora de esos que no se quieren meter. Pero no me importa, si es por esa causa no tengo miedo.
 Para finalizar, quiero dedicar este pequeño espacio para sumarme al petitorio por la aparición con vida de Julio López, y también por la aparición en este blog de las historietas del trolo de Julio. Cada vez más entidades, personalidades de la política y el espectáculo, sumadas a deportistas famosos como Messi y el negro Nuñez; pidieron por estos comics. Estamos a la expectativa por saber qué pasó con el tipo al cual la mina no quiso practicarle sexo oral, y también queremos ver de qué manera la mujer que dice ser un pene va a costear su operación.
Gracias.

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